viernes, 1 de mayo de 2015

VANGELIS-Spiral


Carátula Frontal de Vangelis - Spiral






En esta ocasión, nos detenemos en una obra muy especial dentro de la música electrónica de los 70: SPIRAL, del popular músico griego Vangelis, o mejor dicho, Evangelos Oddyssey Papathanassiou. He elegido este disco porque fue el primero que oí del griego de oro, allá por los primeros años 80, cortesía de la generosidad y ansias de conocimiento musical de mi hermano mayor, que todos los sábados por la mañana, y en la imprescindible "Discos Salomón", contribuyó de manera decisiva a mi educación musical desde mi más tierna infancia. Y es curiosa esta elección, puesto que fue un album que tardó bastante tiempo en entrarme por el oído, ya que por aquel entonces yo prefería los alardes electrónicos de Jean Michel Jarre, o cualquier cancioncilla techno pop que se llevaba por aquella época. Eso sí, su portada era lo que más me fascinaba, y hacía verdaderos esfuerzos por escuchar el disco completo cuando me lo proponía, aunque tardó bastante tiempo en llenarme totalmente. Años más tarde, entendí por qué. Esto era..., otra cosa...


Carátula Trasera de Vangelis - Spiral
Contraportada de la edición en CD
Pero vayamos por partes y empecemos desde el principio. Vangelis, para aquel que no le conozca, es un músico que tiene en la actualidad 72 años, y que ya creo que ha hecho su campaña, como se suele decir. Su última obra original publicada fue la versión teatral de "Carros de fuego", que estrenó con motivo de los Juegos Olímpicos de Londres de 2012. Su historia musical comenzó cuando, en el seno de su acomodada familia, comenzó a tocar el piano a los 4 años, y a los 6, ya daba conciertos de sus propias composiciones en festivales infantiles de Atenas. Tal precocidad le llevó a ser un hombre pegado a un piano permanentemente, o al menos a un teclado. Enemigo de la formación musical convencional e investigador incansable del sonido musical, que para él existe desde la propia naturaleza principalmente, y sin saber una palabra de solfeo ni de composición musical, ha sido capaz de crear escuela, y en su carrera profesional, que ya abarca más de 50 años, se ha convertido en un referente de la música contemporánea en casi todas sus facetas, desde la más experimental e innovadora, a la más comercial, pasando incluso por sus vertientes jazzísticas e incluso clásicas. En mi opinión, si algo caracteriza al genio griego es su perfecta fusión de modernidad y tradición, siendo respetado incluso en los más selectos círculos de la música clásica contemporánea, estilo en el cual yo le incluiría de todas todas, puesto que es clásico en su fondo, que no en sus formas, obviamente.


Vangelis, en la época que grabó el disco, finales de los 70

Pasando a comentar el disco en sí, y advirtiendo a los aficionados jóvenes de que esto no es lo que se escucha ahora (aunque dentro de su primitivismo en la forma, fue un album de lo más pionero), y de que, como en todas las obras que aquí comentamos, hay que escucharlo con la mente libre de prejuicios y con las orejas bien abiertas, hay que comenzar diciendo que esta obra fue una de las primeras que usó un secuenciador digital como base rítmica y de bajos en la historia de la música. Los secuenciadores son esos aparatos que consiguen crear una serie de notas a gran velocidad, que son repetidas en forma de bucle, y que lógicamente por su rapidez en la sucesión de notas, son imposibles de tocar manualmente por un ser humano. Así que se meten en un secuenciador que hace justamente eso, reproducir en una secuencia repetitiva, a la velocidad que el músico prefiera, esa serie de notas, que va a servir de base a un determinado tema musical. Pues bien, en este disco, casi cada tema tiene una secuencia rapidísima de notas, que suenan además de formas distintas en ciertos cambios de compás. Además de esto, es importante destacar que este fue el primer album en el que Vangelis utilizó su mítico Yamaha CS-80, con el que consiguió un sonido muy característico en su carrera.


Single rarísimo del tema TO THE UNKNOWN MAN, que tenía en su cara B un tema que no aparece en SPIRAL, TO THE UNKNOWN MAN 2, hoy dificilísimo de encontrar, pero igualmente delicioso.
También es justo resaltar aquí el método de composición y grabación simultáneos que Vangelis pone en práctica desde el principio de su carrera discográfica. Un sistema que el denominó "Direct", que viene a ser algo así como "compongo-en-el-momento-mientras-toco-y-lo-voy-grabando-al-mismo-tiempo". Esta forma de composición viene dada lógicamente por su desconocimiento a la hora de escribir o leer solfeo, pero pienso que lo que podría ser una dificultad o un gran handicap para cualquier otro músico, se convierte para él en una gran ventaja. Su música gana en espontaneidad, en frescura y en "directness", o como se diga en español... Es una forma de composición en la que, como él mismo explica, la música fluye a través de él como si el intérprete fuera una especie de canal o "medium" a través del cual se pone de manifiesto su expresión... Para Vangelis, el artista y su obra son un todo indiferenciable que no puede dividirse: el artista es su obra, y la obra es el medio de expresión principal del artista. Por eso, es un hombre poco dado a las apariciones públicas o a multitudinarios conciertos en directo. Él prefiere ser conocido por su obra y por su filosofía de vida, muy relacionada con diversas artes plásticas: es también escultor y pintor. Todo un personaje este griego.


Single de 4 temas, dos de ellos de SPIRAL, bastante difícil de encontrar también
Yendo a los 5 temas del disco, bastante largos y elaborados, el primero, que da título al album, SPIRAL, empieza con unas secuencias ominosas y amenazantes, y se va desarrollando en un tono oscuro y grandilocuente. Es un gran tema, no apto para todos los paladares, con una parte final grandiosa, donde el secuenciador funciona a tope, creando unos sonidos sintéticos muy años 70 y 80, que harán las delicias de los amantes de la electrónica musical. Después llega BALLAD, para mí el tema más flojo del disco, de esos que te lo saltas cuando lo escuchas...jejejeje. Es, como su propio título indica, una balada, donde el propio Vangelis, con una voz tratada electrónicamente, va tejiendo una melodía sin letra, que no se desarrolla adecuadamente para mi gusto. Creo que es uno de los temas más prescindibles de la discografía del griego, al que es difícil encontrar atractivos más allá de su tranquila cadencia. DERVISH D. comienza con otra secuencia molona, a la que se incorpora una melodía circular y repetitiva, que evoca justamente el concepto del disco. No en vano, este tema tiene como subtítulo "inspirado en los bailarines Dervishes que, con su movimiento rotatorio, representan la espiralidad del universo". Es un tema corto, para la longitud que tienen los demás, y bastante deudor en su sonido final de la música psicodélica de los 70. Interesante, en todo caso. A partir de aquí, lo mejor del album. TO THE UNKNOWN MAN es de lo mejor de la carrera de Vangelis. Un tema superlativo, dividido en 3 partes muy diferenciadas, que empieza con una bellísima melodía, que se va desarrollando lentamente sobre un fondo de redoble de tambores en la segunda parte, y finalmente cambia el ritmo y la melodía en la útima parte, todo unificado por el sonido del CS-80, que marca su personal impronta. Es un tema estupendo, largo pero muy evocador, y que incluso llegó a sonar en algún anuncio de bicicletas estáticas de la tele allá por finales de los 70 (¡qué mayor es uno ya!). El disco termina con 3+3, un tema que recuerda lejanamente a un vals cósmico, que empieza y termina con unas brutales secuencias, que no descansan durante todo el tema, y que cambian hasta 3 veces a lo largo de él. De ahí su título: 3 partes más 3 compases ternarios bien diferenciados. Es uno de mis temas preferidos del disco, especialmente su parte final, con esas secuencias rapidísimas que van cambiando de volumen y tono. La melodía protagonista, que se superpone a los fondos secuenciados, tiene mucha fuerza y recuerda en su parte final a una música de western futurista absolutamente encantadora.



Bonito montaje de video con TO THE UNKNOWN MAN



Video cósmico para el vals cósmico de Vangelis: 3 + 3


En resumidas cuentas, este álbum exhibe un notable desarrollo de su estilo proto-new age basado en la creación de verdaderas telarañas sonoras hechas con sintetizadores secuenciados, estilo ya vislumbrado en sus dos álbumes previos (Heaven and Hell (1975) y Albedo 0.39 (1976); y representa uno de sus ábumes más representativos de su gran estilo personal y daba cuenta  del estado del arte de la electrónica de los años 70 en su máxima expresión. Volveremos al griego de oro, al mago de los teclados, en múltiples ocasiones más, estoy seguro, pero como muestra de su estilo y sonido inconfundibles, este SPIRAL es de lo mejor que se puede escuchar de él. Tiempo habrá para comentar discos mejores o de otros estilos de Vangelis