El de Reading (Inglaterra), nacido en 1953, fue un joven con ciertas dificultades de relación y comunicación, con problemas familiares, y su principal medio de expresión, desde el principio, fue la música, y más concretamente la guitarra, que llegaría a dominar perfectamente, con un estilo muy personal. El sonido de la guitarra de Mike Oldfield es muy característico, su estilo es inconfundible, aunque es verdad que después ha sido ampliamente imitado. Mike, por esta época, en plena adolescencia, conoció a alguien fundamental en su incursión profesional en el mundo de la música: KEVIN AYERS, otro músico inglés con problemas familiares, que se refugió en la música desde muy temprana edad. Juntos tocaron en varias bandas, siendo la más recordada la de KEVIN AYERS & THE WHOLE WORLD, con la que Mike colaboraría durante varios años. Fue en este tiempo (finales de los 60) cuando se empezó a gestar el germen de lo que luego sería esta magna obra que tratamos ahora aquí.
Parte del concierto de presentación de 1973
Mike Oldfield, en la época de la primera mitad de los 70, cuando empezaba a disfrutar de su éxito TUBULAR BELLS nace a raíz de las inquietudes musicales de un Mike que ya había decidido abandonar el grupo de KEVIN AYERS. La 5º sinfonía de Sibelius le influyó sobremanera en el ordenamiento de sus ideas, que bullían en su cabeza desde hacía tiempo. La escucha de esta obra clásica le marcó para siempre, ya que eso era justo lo que él pretendía hacer: una obra de estructura clásica, pero en la que pudiera dar rienda suelta a sus ideas y a su virtuosismo con diversos instrumentos, especialmente los de cuerda. La gran prueba de que el TUBULAR BELLS rondaba por su cabeza ya en aquella época es una sesión de grabación que tuvo lugar en la BBC Radio One con el grupo de KEVIN AYERS. Ahí, en un riff improvisado de guitarra, Mike dio rienda suelta a unos acordes muy familiares para los que conocen esta primera obra musical en solitario del señor Oldfield: se estaba gestando uno de los mayores éxitos mundiales de la música instrumental contemporánea. Solo había que darle forma, ensamblarlo todo y ordenar todo lo que inquietaba musicalmente al genio británico.
Con un equipo de grabación rudimentario, en su propio dormitorio, Mike empezó a grabar sus primeras maquetas pre - Tubular. También ahí empezó a dominar diferentes instrumentos, no solo de cuerda, sino teclados, percusiones, gaitas, flauta, arpa, etc. con los que se encontraba en las diferentes sesiones de grabación con su grupo. Se empezaba a forjar el multiinstrumentista que todos conocemos en la actualidad.
Mike siguió moviendo su primera maqueta en busca de alguna discográfica que le publicara su primer trabajo, a sabiendas de que era una propuesta muy arriesgada y nada comercial, ya que todo era música instrumental, en una época en la que dominaba el rock, el pop o las grandes bandas de rock progresivo, donde solían primar las canciones con letras que dijeran algo a los fans, pero aquello...., no era vendible. Le dieron con la puerta en las narices varias compañías, así que la grabación durmió el sueño de los justos durante casi un año, hasta que se produjo el acontecimiento que cambió para siempre la vida de Mike y también, por qué no decirlo, la de todos nosotros: Mike conoció, un poco por casualidad, a Richard Branson, dueño de las tiendas de discos Virgin, que le ayudó en todo lo que pudo, ya que le entusiasmó aquel trabajo. Después de contactar con muchas compañías, alguna de las cuales les ofrecieron incluso grabar el disco con voces (algo automáticamente descartado por ambos), Branson decidió hacer algo que ya tenía pensado desde tiempo atrás, pero que llevó a cabo dada la gran calidad que ya previó en lo que tenían entre manos: fundó la compañía VIRGIN RECORDS, y TUBULAR BELLS sería el proyecto 1 del catálogo de la flamante nueva compañía. Compañía que, dicho sea de paso, convirtió en multimillonario a Branson y, con el tiempo, también a Oldfield, aunque su visión era, lógicamente, menos empresarial que la de Branson y sí mucho más artística.
Construyeron THE MANOR, el estudio de grabación, en un tiempo record, y con la ayuda de DAVID BEDFORD, otro experto músico amigo de Oldfield, y de TOM NEWMAN, ingeniero de sonido en tantos discos de Mike, lograron poner en marcha lo que hace mucho tiempo era solo un sueño: la grabación de TUBULAR BELLS. Se grabó entre el otoño de 1972 y la primavera de 1973, puliendo defectos, desarrollando las primeras ideas solo esbozadas por Mike y experimentando con una obra que realmente no se adscribía a nada de lo que se había escuchado con anterioridad, pues era algo totalmente nuevo: ni rock, ni pop, ni folk, ni música instrumental..., era como una amalgama de todo ello, con elementos tomados de muchos estilos, pero que en su conjunto sonaba a algo nuevo, algo realmente innovador en el mundo de la música popular. El resto es historia.
El disco fue lanzado al mercado el 25 de Mayo de 1973, y en mi caso particular, lo descubrí bastante tarde, a pesar de conocerlo desde mucho tiempo antes. Es una mezcla impresionante de solos de guitarra, acompañamientos de órgano, bajos, coros, mandolinas...., y campanas tubulares, que daban título a la obra y ponían la guinda a un sonido nunca antes oído. Lleno de melodías que oscilaban entre lo delicioso, lo pastoral y hasta lo sombrío, quedan muchas cosas en el recuerdo, especialmente su parte inicial, usado como acompañamiento de la famosa película de terror de la que hablábamos antes; la parte del "hombre de las cavernas", el Piltdown Man, que el propio Mike se encarga de dar voz; la introducción de instrumentos en la parte final de la cara A del vinilo a cargo del maestro de ceremonias Viv Stanshall, que culmina con las impresionantes campanas tubulares, y hasta el final, "The sailor´s hornpipe", una melodía popular, festiva y tradicional que ponía el broche final a una obra complicadísima, atemporal, que sigue manteniendo una frescura y una atmósfera irreal, a sus 42 años de vida, que se escapa a toda explicación racional, y que solo puede justificarse por ser la obra de una auténtica cabeza musical, de un talento con un potencial increíble, y además en el caso de esta obra, con un descaro y un atrevimiento propios de alguien que se embarca en una aventura musical de esta índole a unos tiernos 17 añitos (edad a la que empezó a componerla)
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Uno de los primeros conciertos del Tubular bells en directo de la época
El concierto de presentación, en Junio de 1973, en el Queen Elizabeth Hall, fue todo un éxito. La gente aplaudió a rabiar, las críticas fueron espléndidas, y el disco llegó al número 1 de las listas británicas en Julio de ese mismo año. Había nacido la leyenda, y no tardarían en llegar los singles, los conciertos (no muchos, siendo el de la BBC que rescatamos más arriba uno de los mejores), y posteriormente, con el paso de los años, las distintas remezclas, reversiones, regrabaciones (siendo las más populares las de 2003 y 2009), e incluso las secuelas, ya que en 1992 se lanzaría un espléndido TUBULAR BELLS II, y en 1997, un TUBULAR BELLS III, más flojito y oportunista.
Varios meses en el número 1, 123 semanas en las listas inglesas, 200.000 copias vendidas solo en Europa, número 1 en Estados Unidos, las ventas de campanas tubulares se dispararon en todo el mundo... Todo este maremagnum de fama, popularidad, números astronómicos y promoción multitudinaria no menguaron en absoluto el carácter casi de ermitaño de Mike, que se alejó voluntariamente de todo aquello, y siguió colaborando con amigos artistas de siempre, entre ellos, de nuevo KEVIN AYERS. Todo ello, mientras trabajaba en las ideas de su nuevo disco, que llegaría en 1974, y que llevaría por título HERGEST RIDGE. Pero esa es, de nuevo, otra (estupenda y maravillosa) historia, que ya os contaremos algún otro día...
Mientras, os animo a que, si no lo conocéis, y solo tenéis ciertas referencias de oídas, lo escuchéis con atención, y no una ni dos, sino las veces que podáis, porque es de esas obras maestras, que con las subsiguientes escuchas, solo hace que mejorar y mejorar y mejorar..., como los buenos vinos, claro. Solera musical de muchos kilates que os recomiendo degustar como todo lo bueno de esta vida, con temple, calma, paciencia y buena compañía, a ser posible. ¡Ah!, y con las orejas y la mente bien abiertas, sin prejuicios ni temores preconcebidos.
Concierto recogido en el album EXPOSED, de 1979.